LO QUE SE JUZGA EN ESTE SUMARIO ES EL PERIODISMO, NO A NOSOTROS
Ha pasado más de un mes largo desde que 16 periodistas fueron enviados a la cárcel en Diyarbakır (Amed en kurdo), la ‘capital’ del Kurdistán del Norte, o Kurdistán de Turquía, el pasado 16 de junio.
Una operación policial contra periodistas y diversos medios informativos, ordenada por el fiscal de Diyarbakır, que concluyó con la detención de 20 periodistas: Serdar Altan, Safiye Alagaş, Gülşen Koçuk, Aziz Oruç, Ömer Çelik, Suat Doğuhan, Ramazan Geciken, Esmer Tunç, Neşe Toprak, Zeynel Bulut, Mazlum Güler, Mehmet Şahin, Elif Üngür, İbrahim Koyuncu, Remziye Temal, Mehmet Yalçın, Abdurrahman Öncün , Mehmet Ali Ertaş, Lezgin Akdeniz y Kadir Bayram.
Entre los medios afectados dos agencias de noticias, MA-Mezopotamya Agency, y JINNEWS, agencia de prensa de mujeres, un periódico en lengua kurda (Xwebûn) y tres compañías de producción (Piya, Ari y Pel).
Todos lo acusados y los medio cerrados son acusados de marera genérica por “pertenencia a una organización terrorista”
Turquía como habitual estado violador de los derechos de libertad de expresión y de prensa
El gobierno turco ha encrudecido la represión de los medios independiente, de la prensa kurda y de izquierda. Los periodistas denuncian a menudo el contexto de riesgo en el cual trabajan y en muchas ocasiones acaban en la cárcel mientras que los medios de comunicación, considerados de oposición, son cerrados mediante una simple orden gobernativa.
El gobierno turco, un alianza entre el partido islámico AKP, Partido de la Justicia y Desarrollo, y el partido ultraderechista MHP, Partido del Movimiento Nacionalista, afronta una profunda crisis política, económica y social, mientras que el Presidente, Recep Tayyip Erdogan, sigue gobernando mediante decretos, agudizando su deriva antidemocrática y represiva.
Turquía se encuentra entre los primeros puestos del ranking mundial de países que violan la libertad de prensa y de expresión. Todos los días se abren nuevas investigaciones contra periodistas o medios de comunicación. Apenas una semana antes de la masiva detención de periodistas de Junio, había sido arrestada Dicle Müftüoğlu, co-presidenta de la Asociación de Periodistas Dicle Firat (DFG – Asociación de periodistas Tigris-Éufrates). La periodista fue puesta en libertad provisional, bajo vigilancia, tras cuatro días de detención.
Altan: Lo que se juzga en ese sumario es el periodismo, no a nosotros
El otro co-presidente de la Asociación DFG Serdar Altan, fue detenido en la redada iniciada el pasado 8 de junio y sigue en la cárcel.
En un mensaje enviado a través de su abogado, Altan escribió: «El día en que nos llevaron a la cárcel era el aniversario del asesinato, por parte de paramilitares a sueldo del Estado en 1992, del periodista Hafız Akdemir. Hoy estamos viendo que sigue viva la misma mentalidad de los años 90’. Lo que se pretende hacer es silenciar a los periodistas, sacarnos del campo. Por esta razón, es el periodismo, y no a nosotros, lo que se juzga en este sumario.”
Acoso a los familiares
Gülsün Altan, la mujer de Serdar Altan, también periodista de profesión, relata a Zorrotz las condiciones en las cuales se dieron las primeras visitas. «La primera visita fue en privado. Nada más entrar en la prisión, pasamos por múltiples cacheos. El cristal de la sala de visita estaba tan sucio que mientras hablábamos por el teléfono interno no podía ver la cara de mi marido. Es algo que afecta mucho no tener contacto visual y no poder transmitir los sentimientos durante la visita.»
La segunda visita permitida fue el martes 12 de julio, la fiesta del Sacrificio musulmana. «Nos sometieron a múltiples registros corporales. Tuvimos que a pasar por los rayos X siete veces y cada vez el aparato pitaba. Después nos llevaron a la cabina de vestuario y nos revisaron a todas, incluso la ropa interior. A pesar de que había guardias y soldados hombres, nos obligaron a pasar por el aparato de rayos X sin la ropa interior. Ese trato no es otra cosa que acoso. Yo misma y otras familiares nos sentimos muy incómodas.»
Es evidente que los obstáculos a las familias y el acoso al cual están sometida tiene como objetivo intimidar a los familiares, que sin embargo siguen determinados a trasladar al exterior la voz de los periodistas desde la cárcel.
Cartas incautadas
Los obstáculos y acosos se viven también en al interior de la prisión. Los periodistas ven censuradas y confiscadas las cartas de familiares y amigos. Como ejemplo una carta enviada al periodista Ömer Çelik por su colega Deniz Tekin el 29 de junio, que contenía fotocopias de las noticias sobre sus detenciones fue incautada por la administración de la prisión de Diyarbakır (con nivel de seguridad D). En la motivación del censura se lee que la carta “en realidad era una fotocopia que contenía las noticias citadas en varios periódicos y sitios de noticias de Internet” y por lo tanto “no se podía considerar una carta”.
El caso de Aziz Oruç
Aziz Oruç es unos de los editores de la Agencia de Prensa Mesopotamia (MA). Fue corresponsal de la agencia DIHA (Dicle Haber) clausurada por decreto presidencial tras el intento de golpe de Estado militar del 15 de julio 2016.
Oruç había sido anteriormente detenido en el Doğubayazıt, provincia de Ağrı, en la frontera amenio-iraní, en diciembre del 2019, en un intento de llegar a la UE y solicitar asilo político, entregado a Irán donde fue torturado y además le impusieron una multa. Finalmente fue abandonado finalmente en la frontera con Turquía, descalzo y vestido sólo con su ropa interior, en la noche del 11 de diciembre de 2019. Arrestado el 18 de diciembre de ese mismo año en Diyarbakir, Oruç fue juzgado, a fines de 2020, bajo la acusación de «pertenencia a una organización ilegal» y «hacer propaganda de una organización terrorista», fue puesto en libertad condicional tras 11 meses en la cárcel, a la esperaba de sentencia.
El mensaje de Oruç: “La solidaridad nos da fuerzas”
Hülya Oruç, fue a visitar a su marido el día de la Fiesta de Sacrificio, dijo que lo encontró muy adelgazado. “La comida en la cárcel es escasa y de muy mala calidad”, dijo a Zorrotz, añadiendo que “las visitas han sido muy cortas. Las guardias nos han informado solamente unas horas antes de que iban a trasladar de cárcel a Aziz y a los demás periodistas, y el mismo día de visita.”
Hülya Oruç nos traslada un mensaje de Aziz: “Los periodistas fuimos detenidos ilegalmente. Cambiamos dos veces de cárcel en un mes. Finalmente, se decidió que estaríamos en una prisión de máxima seguridad… Somos periodistas. Los que nos acusan también saben esto. Estemos donde estemos, seguiremos haciendo periodismo. Y ellos también saben esto. La solidaridad en el exterior nos da fuerza. Tenemos que aumentar esta solidaridad de afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera y hacerla permanente.”